Las drásticas medidas de ahorro público anunciadas por el nuevo presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, van a suponer el hundimiento general del país, y no es que hasta ahora estuviéramos muy boyantes.
Ya lo advertía el mejor editorialista, El Roto, el pasado día 26 de noviembre en el diario “El País”. Se ven a dos personas cavando dos tumbas, una junto a la otra. Uno dice: “cuanto más me esfuerzo, más me hundo”. Y el otro le responde: “Deja de cavar”. Eso es lo que se necesita, detener el hundimiento no profundizar en él.
El Roto es un estupendo editorialista gráfico pero sobre todo es una persona bien informada. Demuestra ser conocedor de la obra de uno de los grandes benefactores de la humanidad, el economista John Maynard Keynes, quien tras el crack de 1929 enunció su Teoría General que puede resumirse precisamente en esta frase: “Si estás en un hoyo, deja de cavar”. Siguieron cavando e inevitablemente llegó al poco tiempo la Segunda Guerra Mundial impulsada por la debacle económica de Alemania, perdedora de la Primera Gran Guerra, y por las sanciones que le fueron impuestas en el Tratado de Versalles.
Cuando uno relee los contenidos de aquellos acuerdos (recomiendo la lectura de “La diplomacia secreta durante las dos guerras mundiales” del historiador belga, Jacques De Launay) o “Las consecuencias económicas de la paz” de Keynes podemos ver peligrosas semejanzas con lo que está ocurriendo en España. Decía entonces Keynes, refiriéndose a las reuniones de Versalles: “No se habían reunido para decidir cómo iba a ser la vida en Europa a partir de entonces; no les preocupaba dilucidar como iba a vivir la gente. Sus preocupaciones, las buenas y las malas por igual, se referían a las fronteras, a las nacionalidades, al equilibrio de poder, al engrandecimiento de los imperios, al futuro debilitamiento de un enemigo fuerte y peligroso, a la venganza, y a como los vencedores iban a despojarse de su insoportable carga económica para dejarla caer sobre los hombros de los vencidos”.
No resulta difícil la traslación de este texto a nuestros días . Lo que resulta curioso es que sean precisamente Francia y Alemania, dos enemigos irreconciliables de la Primera Guerra Mundial- también en la Segunda- quienes se unan ahora para llevar a cabo un nuevo Tratado de Versalles. Al menos la canciller Merkel debería de releer la historia de su país durante el pasado siglo XX. Pone los pelos de punta. Entonces, como hoy, los políticos hicieron oídos sordos.
Richard Koo, economista jefe del Banco de Inversión Nomura, de Japón, también clama en el desierto cuando refiriéndose al caso español nos dice que “hay que volver a los estímulos fiscales” y que la sobredosis de ajustes a la que nos enfrentamos “es un completo disparate”.
Japón ya tuvo su burbuja inmobiliaria y de crédito que estalló en 1990. Tardaron veinte años en salir de la crisis por haber tomado las medidas equivocadas. Richard Koo nos lo recuerda al decirnos que “si la economía española sigue con los ajustes, le esperan dos décadas perdidas”.
Lo que va a anunciar Mariano Rajoy en los próximos días- probablemente el día 30 de diciembre, en su segundo Consejo de Ministros- no es más que el principio. El principio de los ajustes bárbaros que como un ariete derribarán la fortaleza ya debilitada de lo público para dejar paso a quienes pretenden llevarnos a la jungla de las privatizaciones salvajes y del trabajo todavía más precario.
Mientras Rajoy hace publicas sus "medidas no gratas", Merkel y Sarkozy aplaudirán; los medios de comunicación afines- ya la práctica mayoría- las justificarán ; y gran parte de esos once millones de personas que han apoyado con sus votos este “cambio”, lo verá inevitable.
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