Ha merecido la pena ponerse enfrente del sistema, esta frase de Francisco Camps lo dice todo. Desde hoy las agencias de calificación del buen nombre de un país- que tendrían que existir para vergüenza de muchos- han rebajado notablemente la calificación de España en el mundo.
El Gobierno del PP cree que lo que hay que hacer es una enorme campaña de imagen en el extranjero para recuperar las señas de identidad de nuestro país pero el olor a podrido es tal que ya ha traspasado los Pirineos, sobrevuela el Atlántico, llega a Latinoamérica y cruza Estrecho hacia Africa . Después de haber escuchado frases como: “esta vez te has pasado”, de la esposa de Camps al “Bigotes” por los regalos recibidos, y otras muchas lindezas como esa, a nadie con el mínimo pensamiento crítico le pueden decir que Camps y Costa son inocentes.
Un jurado popular- no sé hasta donde alcanza el calificativo- ha demostrado lo que muchos ya sabíamos: que la justicia en España solo lo es para una parte; que lo mismo que Camps o Costa no han sido declarados culpables, como ha dicho hoy el fiscal, la infanta Cristina no será imputada en el caso Urdangarín y a Garzón le va a costar la carrera judicial el haberse atrevido a enfrentarse con la trama de corrupción de Gurtel con el Partido Popular.
Es una lástima que los socialistas se hayan convertido en una falsa izquierda y hayan dejado a muchos sin referencia. Es una lástima que nos haya tomado a todos el pelo haciéndonos creer que esta vez sí tomaban buena nota. De aquellos barros estos lodos. Pero hay que decir que buena parte de la culpa de lo que ocurre, más allá de responsabilizar a jueces, políticos y banqueros, la tiene la gente que les vota, que apoya la corrupción, a la que el concepto de democracia les dice menos que las rebajas del Corte Inglés.
La ciudadanía responsable lo es para todo. También para aupar el padrinazgo. ¡Ay si don Vito levantara la cabeza, que feliz se iba a sentir! Y mientras, entre nosotros, la vergüenza.
Un amigo argentino me ha dicho hoy que España se parece ahora mucho a la Argentina de Menen. Desde luego a lo que no se parece nada es a aquel proyecto de un país democrático y con igualdad de oportunidades por el que muchos luchamos y seguimos luchando.
Hoy de nuevo han ganado los malos.
Como ha dicho Camps: ha merecido la pena ponerse enfrente del sistema. Pobre sistema.
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