jueves, 19 de marzo de 2020

COSAS QUE DECIR A PAPÁ Y MAMÁ CUANDO ESTÁN SEPARADOS


El decreto del Estado de Alarma es ambiguo en cuanto al régimen de visitas que los padres separados pueden hacer a sus hijos y esto afecta a cientos de miles de personas en toda España que se están exponiendo a diario, de forma innecesaria, al contagio del virus. En las redes sociales son muchos los casos que se cuentan. Gran parte de ellos se refieren a los progenitores que no conviven con su hijo pero que sin embargo realizan a diario visitas al hogar de su ex pareja para ver y jugar con el menor. Sienten una gran alegría al ver a sus pequeños, abrazarlos, besarlos y decirles lo mucho que los quieren rompiendo así la cuarentena de la otra persona que tiene la custodia del niño o de la niña.


Padres y madres desaprensivas que confunden el amor con la irresponsabilidad hay muchos y muchas, por lo que se ve. Y curiosamente creen que pueden hacerlo amparándose en la ambigüedad del decreto dictado por el gobierno. Esta ambigüedad en la redacción es cierto que afecta también a otros colectivos en peligro, como puede ser el internamiento en el hogar de parejas que conviven mal y con problemas que se acrecientan todavía más con el encierro obligatorio pero hoy vamos a hablar de las parejas, con el régimen de visitas establecido por un juez, o de aquellos y aquellas que todavía no han pasado por el juzgado y lo llevan de la mejor manera por aquello del “buen rollo” y de evitar así perjuicios mayores al menor.


Uno de los casos que una madre relata es el de su ex pareja, con la que tiene un niño, y con el que le une una relación fluida. El padre tiene a su vez otra familia con la que vive pero reparte su tiempo acudiendo al domicilio de su ex para visitar a su hijo todos los días. Este hombre cree que las medidas de aislamiento o de higiene que toma su ex mujer con su hijo son exageradas y le llama “paranoica” o “exagerada”. El se desplaza naturalmente de una casa a otra sin que nadie en la calle se lo impida. E incluso acude a visitar a sus padres o a sus familiares. Y, por supuesto, trabaja en su empresa todos los días.


Esta bomba de relojería andante se siente respaldado por esa ambigüedad del real decreto que dice en su artículo 7 que sólo se podrá circular por la vía pública para ir a la compra , a la farmacia, a aliviar al perro o “asistir a personas mayores, menores o dependientes”. Con esta redacción tan ambigua, nuestro personaje puede ir a ver a su madre que vive sola, a su hijo que vive con su ex pareja y, por supuesto, al trabajo. ¿Qué cuarentena realiza nuestro esforzado padre que se desplaza además en transporte público de un lugar al otro? Si estuviera contagiado del virus se lo traspasaría a toda su familia, además de a su madre a su hijo y a su ex mujer. El se cree un gran padre, un gran hijo y una persona responsable pues cumple visitando a su madre, a su hijo, y además acudiendo normalmente a su puesto de trabajo, tal y como entiende que le está permitido al leer las normas dictadas por el Gobierno. Ante esto, su ex pareja vive en vilo, por ella y por su hijo, sin poder convencer a su ex de que los está poniendo en peligro. Respuesta: “eres una exagerada, no es para tanto”.


A estas alturas, los redactores del Real Decreto podrían hilar más fino pues son muchos los casos que se están dando en toda España. Este fin de semana, sin ir más lejos, los hijos en custodia compartida acudirán a visitar a otra familia, o otra casa, pues es el turno de su otro padre o madre, para regresar el domingo por la noche, quien sabe si contagiado, de nuevo al hogar en donde convive toda la semana.


Los menores, hijos de padres separados, van de un domicilio a otro, según del día o la semana que a cada uno corresponda. Así, se están dando casos como el de una chica de doce años que rompe su cuarentena para irse de la casa de su madre a la de su padre, quien a su vez vive en familia con otra mujer y dos hijas de esta, ambas en edad de trabajar, que salen a la calle, acuden a sus centros de trabajo y regresan cada día de nuevo al hogar sin saber si han contraído o no el coronavirus.


La ambigüedad en el texto del Estado de Alarma es utilizada, posiblemente de forma indebida, por padres y madres encantadores que a mi parece realizan unas cuarentenas muy particulares y ponen en riesgo y peligro a aquellos que se encuentran más indefensos.


Tú, padre o madre separado, estás en casa con tu hijo, intentando distraerle, para que el encierro se le haga más llevadero. Por la mañana deberes, dibujo, inglés. Por la tarde, ejercicio físico y lectura, además de otras muchas ocurrencias que se le pueden ocurrir al papá o la mamá para que las horas pasen más rápidas. De de pronto, suena el timbre de la puerta. El niño o la niña se abalanzan. Ha llegado papá o mamá a visitarte. Uno y el otro se funden en un gran abrazo. A esta hora los contagiados en España pasan de 17.000 y los fallecidos se acercan a 800. Y nos dicen que lo peor no ha llegado. Hay que decírselo a papá y mamá.   

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