Así es como se encuentran decenas de miles de ciudadanos que están ocupando las plazas de numerosas ciudades españolas, con acciones que han merecido la atención de los medios de comunicación tanto nacionales como extranjeros.
La Puerta del Sol de Madrid se ha convertido desde los primeros días de la protesta en plató improvisado de cientos de periodistas con la presencia de decenas de unidades móviles de las televisiones españolas y numerosas cámaras de corresponsales extranjeros.
La información que estamos recibiendo de la llamada “revolución del 15-M”, sobre todo a través de las televisiones, nos muestran a unos jóvenes y no tan jóvenes, concienciados, preocupados por la democracia, defendiendo su futuro y con un sentido del orden envidiables: gente pacífica, que se organiza en asambleas a las que acude quien quiere y allí exponen sus inquietudes y problemas. Ha sido, quizás, esta imagen saludable de la protesta la que ha acercado a cientos de miles de españoles a apoyarles y ha propiciado el que la el movimiento se extienda con millones de visitas a través de la red.
Frente a esto, existen también, aunque en minoría, las televisiones que alimentan la discordia, que mienten y manipulan para intentar hacer ver que quienes están reivindicando una democracia más limpia y participativa de forma pacífica, en realidad se trata de terroristas camuflados que han sido entrenados en la lucha armada ciudadana para destruir el sistema. Intentan con sus crónicas que las fuerzas del orden carguen contra los acampados para desalojarlos de allí y que su voz no pueda ser escuchada.
Frente a dos actitudes tan diferentes, los “indignados” de la Puerta del Sol, han decidido arremeter contra todos sin distinción, increpando por igual a unos y a otros. Grave error pues gran parte de los periodistas y de las cadenas de televisión que se encuentran en la Puerta del Sol no solamente no manipulan sino que están contribuyendo de forma excepcional a que el movimiento del 15-M se propague, y, desde luego, la imagen que están dando de la gente indignada no puede ser mejor.
Muchos periodistas que a diario son abucheados por los acampados, ellos y ellas, tan en precario, tan indignados y tan reivindicativos como los que se encuentran acampados en las plazas de las ciudades españolas, se están batiendo el cobre en sus redacciones y están dando lo mejor de sí mismos con unas estupendas crónicas y reportajes.
Los “indignados” están consiguiendo con su actitud, indignar a buena parte de los periodistas y de los medios de comunicación que no hacen otra cosa que ofrecernos a todos una buena información de lo que está sucediendo. Hay que decirles que ni todos los periodistas ni todos los políticos “la misma mierda son”. Y, es que quizás ha llegado el momento de concretar sus protestas.
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