martes, 12 de abril de 2016

LA BANCA GANA Y SE RIE

La derechona está de fiesta. Rajoy contento y su gente también. El líder del PP cuenta con ventaja en las próximas elecciones generales del mes de junio. Ciudadanos tendrá que volver a sentarse con el PP y formar gobierno con ellos si los resultados de las próximas elecciones son los que las encuestas anuncian. Entre los dos podrían estar muy cerca de la mayoría absoluta, con lo que el PP volvería a gobernar cuatro años más. Mientras tanto la izquierda hecha unos zorros. Más dividida que nunca e incapaz de llegar a acuerdos. Izquierda Unida, que no aprende de ninguno de sus anteriores errores, sigue extinguiéndose a base de luchas internas. Dentro de poco todos ellos van a poder desplazarse juntos en un taxi. O a hacer sus reuniones en una cabina telefónica. Podemos, erre que erre, con el ego más subido que nunca, se ven como los únicos capaces de liderar la izquierda en España, a base de contribuir primero a la destrucción de Izquierda Unida e intentarlo ahora con el PSOE. Sus dirigentes se proclaman los más listos y actúan como si lo fueran. Están a un tris de caer en el ridículo nacional. Mientras tanto sus agrupaciones, mareas o conjunciones, se disgregan. No son pocos quienes aseguran que no les volverán a dar su apoyo. Y el PSOE buscando su sitio, que posiblemente sea más cerca de la derecha que nunca. Se declaran de izquierdas pero sus actos les delatan todos los días. Y los nacionalistas a los suyo, que no es otra cosa que intentar separarse de España. 

¿Comprenden ustedes ahora porqué Rajoy no puede reprimir su alegría? Ni en sus mejores momentos de euforia hubiera supuesto que tras cuatro años de destrozar el tejido social y productivo en España, de elevar la corrupción a categoría dentro de su partido y de demostrar que su verbo es más propio de un programa de humor que de un parlamentario responsable, ahora, ve como la izquierda se despedaza cuanto ya saboreaban el poder. Y muchos ciudadanos inician el retorno a sus cuarteles de invierno, como hicieron cuando los socialistas giraron a la derecha y les dejaron huérfanos.

La abstención de la izquierda se hará de nuevo patente y la derechona ira en masa a las urnas el próximo mes de junio. Mientras tanto los programadores de televisión se frotan las manos al haber conseguido convertir la política nacional en reality show desde los platós de televisión. Allí es donde se airean los trapos sucios, se lanzan las más terribles acusaciones, mientras la audiencia aumenta al ritmo de los ingresos de la cadena, al mismo ritmo que  disminuyen los votantes en las urnas.

Sigan atentos a la pantalla y no se pierdan estos programas en donde los periodistas parecen payasos, los políticos palmeros del presentador de turno, que dirige con mano firme los intereses de su cadena.  Ellos se lo dirán todo. A quienes tienen que votar, lo que tienen que decir, y quien va a ganar las próximas elecciones. Ustedes no, desde luego.