martes, 20 de diciembre de 2011

DEJAR DE CAVAR


Las drásticas medidas de ahorro público anunciadas por el nuevo presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, van a suponer el hundimiento general del país, y no es que hasta ahora estuviéramos muy boyantes.   

Ya lo advertía el mejor editorialista, El Roto, el pasado día 26 de noviembre en el diario “El País”. Se ven a dos personas cavando dos tumbas, una junto a la otra. Uno dice: “cuanto más me esfuerzo, más me hundo”. Y el otro le responde: “Deja de cavar”. Eso es lo que se necesita, detener el  hundimiento no profundizar en él. 

El Roto es un estupendo editorialista gráfico pero sobre todo es una persona bien informada. Demuestra ser conocedor de la obra de uno de los grandes benefactores de la humanidad, el economista John Maynard Keynes, quien tras el crack de 1929 enunció su Teoría General que puede resumirse precisamente en esta frase: “Si estás en un hoyo, deja de cavar”. Siguieron cavando e inevitablemente llegó al poco tiempo la Segunda Guerra Mundial impulsada por la debacle económica de Alemania, perdedora de la Primera Gran Guerra, y por las sanciones que le fueron impuestas en el Tratado de Versalles.

Cuando uno relee los contenidos de aquellos acuerdos (recomiendo la lectura de “La diplomacia secreta durante las dos guerras mundiales” del historiador belga, Jacques De Launay)  o “Las consecuencias económicas de la paz” de Keynes podemos ver peligrosas semejanzas con lo que está ocurriendo en España. Decía entonces Keynes, refiriéndose a las reuniones de Versalles: “No se habían reunido para decidir cómo iba a ser la vida en Europa a partir de entonces; no les preocupaba dilucidar como iba a vivir la gente. Sus preocupaciones, las buenas y las malas por igual, se referían a las fronteras, a las nacionalidades, al equilibrio de poder, al engrandecimiento de los imperios, al futuro debilitamiento de un enemigo fuerte y peligroso, a la venganza, y a como los vencedores iban a despojarse de su insoportable carga económica para dejarla caer sobre los hombros de los vencidos”

No resulta difícil la traslación de este texto a nuestros días . Lo que resulta curioso es que sean precisamente Francia y Alemania, dos enemigos irreconciliables de la Primera Guerra Mundial- también en la Segunda- quienes se unan ahora para llevar a cabo un nuevo Tratado de Versalles. Al menos la canciller Merkel debería de releer la historia de su país durante el pasado siglo XX. Pone los pelos de punta. Entonces, como hoy, los políticos hicieron oídos sordos.

Richard Koo, economista jefe del Banco de Inversión Nomura, de Japón, también clama en el desierto cuando refiriéndose al caso español nos dice que “hay que volver a los estímulos fiscales”  y que la sobredosis de ajustes a la que nos enfrentamos “es un completo disparate”.
 
Japón ya tuvo su burbuja inmobiliaria y de crédito que estalló en 1990. Tardaron veinte años en salir de la crisis por haber tomado las medidas equivocadas. Richard Koo nos lo recuerda al decirnos que “si la economía española sigue con los ajustes, le esperan dos décadas perdidas”. 

Lo que va a anunciar Mariano Rajoy en los próximos días- probablemente el día 30 de diciembre, en su segundo Consejo de Ministros- no es más que el principio. El principio de los ajustes bárbaros que como un ariete derribarán la fortaleza ya debilitada de lo público para dejar paso a quienes pretenden llevarnos a la jungla de las privatizaciones salvajes y del trabajo todavía más precario. 

Mientras Rajoy hace publicas sus "medidas no gratas", Merkel y Sarkozy aplaudirán; los medios de comunicación afines- ya la práctica mayoría- las justificarán ; y gran parte de esos once millones de personas que han apoyado con sus votos este “cambio”, lo verá inevitable.

viernes, 16 de diciembre de 2011

HACIA LA TELEVISIÓN ÚNICA


La Sexta acaba de ser absorbida por Antena 3 Televisión. O lo que es lo mismo, a partir de ahora los tres grandes canales de televisión de cobertura nacional- Antena 3 Televisión, Tele 5 y RTVE- no tendrán mayor problema en responder de forma favorable a los requerimientos del nuevo Gobierno del Partido Popular.

La cadena pública, RTVE, está en manos de la mayoría parlamentaria, es decir del PP. Antena 3 Televisión, sigue con capital mayoritario de la editorial Planeta que como todo el mundo sabe es quien ha publicado y pagado minutas millonarias por los libros del ex presidente Aznar; y Telecinco pertenece a Berlusconi. Ni José Manuel Lara ni Silvio Berlusconi han ocultado nunca sus preferencias, por lo tanto nos encontramos a seis días de la investidura del nuevo presidente de Gobierno con un regalo esperado: todos los grandes medios audiovisuales en sus manos.

Éxito para Rajoy, fracaso para Zapatero. Tal y como le advirtieron en su día no había espacio en la tarta publicitaria para alimentar cinco cadenas de televisión nacional. La Sexta y la Cuatro han sido disueltas como azucarillos en las mandíbulas de Telecinco y de Antena 3 y la pretensión de crear dos nuevas cadenas en las que tuviera cabida otra forma de concebir la realidad ha quedado en eso, en una mera ilusión.  

No se trataba tan solo de eso, de una vana ilusión: detrás, agazapados, estaban el negocio y el tráfico de influencias. En este proceso otros se han enriquecido y se siguen enriqueciendo. Los amigos de Zapatero: Roures, Contreras, Ferreras, Ruiz de Gauna etc. O los amigos de Aznar en su día. Todo pertenece a la misma lógica del pelotazo rápido. Con esta absorción irán muchos trabajadores a la calle; se suprimieran muchos programas de calidad y los ciudadanos tendrán que elegir entre eso o lo mismo; habrá un monolítico discurso, y algunos personajes, socialistas y populares, engordarán sus bolsillos que, por lo visto, de eso se trata. La información como derecho queda como papel mojado en la Constitución.

Y pensar que para conseguir su empeño, Rodríguez Zapatero no dudó en sacrificar a RTVE, primero restringiendo la compra de derechos deportivos; más tarde echando a la calle a la mitad de su plantilla; finalmente suprimiendo la publicidad, y todo para favorecer a la Sexta y a Cuatro. Pero le salió mal la jugada y la televisión pública no se ha hundido. Otros lo intentaran ahora. 

Lo que vamos a ver muy pronto es un relevo en el saqueo de la televisión pública. Nuevas productoras, esta vez afines al nuevo gobierno, como antes lo fueron al anterior, cobrando sobreprecios ,dejando a los trabajadores en el pasillo y quizás, finalmente, echándoles a la calle argumentando que no tienen ya cometido. La jugada no es nueva. 

¿Dónde están los mejores periodistas de TVE? ¿Dónde los de la Cuatro? ¿Dónde estarán pronto los de la Sexta? Un enorme mercado de parados se mezclará en la enorme coctelera del mercado de trabajo: por un lado los profesionales de reconocido prestigio que ya han cumplido los cuarenta, con difíciles perspectivas de encontrar trabajo; por el otro, aquellos más jóvenes que por esa razón todavía están haciendo méritos hasta conseguir un contrato estable- ellos también pronto pasarán a formar parte de los mayores de cuarenta años- y junto a ellos hay que sumar a los que acaban de salir de las Universidades que ya trabajan gratis para las productoras con la excusa de que todavía no tienen la preparación adecuada. Podrán acudir a la oferta de los contratos de formación (20.000 acordados por el PSOE con los grandes empresarios. De sueldo: 400 euros al mes) o a los "minitrabajos"  que pronto pondrá en marcha el PP con el acuerdo de la CEOE y el visto bueno de la Unión Europea (también 400 euros al mes hasta los 30 años). Empleos basura para trabajos basura en un país que pronto convertirá también en basura la información, la política, la justicia, la educación o la sanidad. Pasos ya se están dando y se han dado en esa dirección. 

Todo lo que hoy puede parecer exagerado  o fruto del pesimismo en unos meses se quedará corto. 

Nos encontramos en una carrera desenfrenada hacia el precipicio y tengo todavía una noticia peor que darles: el coche ha perdido los frenos. 

MEDIDAS NO GRATAS


Menudo año el que nos espera. El futuro presidente del Gobierno, Mariano Rajoy ya ha anunciado “medidas no gratas” y creo que todos sabemos a que se está refiriendo: menos salario, más horas de trabajo. Esto para los más afortunados. Los menos seguirán en el paro y la precariedad. 

Va bien esto de destruir el llamado Estado del Bienestar para convertirlo en el Estado del Cabreo Permanente. Claro está, el cabreo de la mayoría, que como ustedes saben les importa un cuerno a la minoría que es la que gobierna, la que manda, la que impone sacrificios, la que se ha adueñado de la democracia desde el mismo momento en el que los ciudadanos han renunciado a serlo para convertirse en meros consumidores. Consumidores de todo tipo de productos superfluos. 

Hemos intercambiado oro por espejuelos de mal cristal. El oro era nuestro bienestar, nuestros derechos sociales y laborales ganados después de más de un siglo de lucha. Hemos tirado por los suelos el esfuerzo de nuestros antepasados. Si ellos levantaran la cabeza y vieran que todo fue por tener un coche mejor o un chalet en la sierra, seguro que nos correrían a gorrazos. Ahora ese coche está viejo, el chalet no vale ni la mitad del precio por el que se compraron y ni el coche ni el chalet ha podido impedir que su hijo esté en el paro o subempleado por una miseria o que en su casa no entre el dinero suficiente para llegar a fin de mes. 

Les han engañado como a chinos. Y con ellos nos comparan, con los chinos del trabajo esclavo, los que trabajan por un dólar al día, de sol a sombra. Los otros, casi treinta millones de chinos ricos y opulentos, que hacen sus fortunas sobre el sudor de ochocientos millones de trabajadores esclavos, esos son los que se parecen a esa minoría europea que se enriquece cada día más y más a costa en empobrecer a la clase media a la que están dinamitando.

Decía mi buen amigo Ramón Fernández Durán, que la Europa de las libertades se había convertido en una herramienta más del neoliberalismo; que la socialdemocracia se había puesto al servicio de los mercados, con la complicidad de los poderes económicos y de los grandes medios de comunicación y que ahora nos tocaba ver la guerra entre pobres. Las peleas por un trabajo al precio que sea. La lucha contra los inmigrantes por el puesto que antes no quisimos. La pugna entre los que menos tienen por conservar al precio que sea un puñado de euros para sobrevivir. No la lucha contra los culpables de la crisis que hoy aparecen como salvadores imponiendo medidas que más parecen una declaración de guerra que otra cosa. Como si no se puede entender que se desposea de los servicios más elementales a las mujeres maltratadas; que se cierren las narcosalas dejando en la cuneta a cientos de drogodependientes; que se expulse de los centros de ayuda a personas que no pueden valerse por sí mismas. 

Ramón Fernández Durán tenía razón al decir que se había puesto en marcha la maquinaria más feroz del capitalismo salvaje dispuesta a aplastar no solo los derechos sociales y laborales de millones de trabajadores en todo el mundo sino que sobre todo lo que se pretendía era someter a la pobreza a más de media humanidad. La otra media, como ustedes saben se encuentra en la miseria. 

¿Qué mundo nos espera en los próximos años? En mi opinión un mundo peor, si no lo impedimos. 

Si hacemos caso a los indicadores sociales que se han hecho públicos vemos como en los Estados Unidos uno de cada dos ciudadanos ya está en la pobreza. En Europa nos acercamos a esta cifra. 

Ese es el problema de los modelos, ya sea el chino o el norteamericano. Los  modelos que los depredadores han preparado para todos nosotros. Ya se habla de mini trabajos, por cuatrocientos euros al mes con la seguridad social a cargo de los trabajadores. De reducir la función pública a la mínima expresión. De privatizar desde al agua al aire que respiramos. En eso están. Le llaman "medidas no gratas" pero en realidad tienen otro nombre. Once millones de personas han podido equivocarse.