martes, 15 de noviembre de 2016

MENUDO 2016

El sufragio universal ha sido sustituido por el miedo en todo el mundo. De ciudadanos hemos pasado a frustrados consumidores. Miedo a perder nuestro trabajo. Miedo a no poder consumir al mismo ritmo. Miedo al extranjero. Y a que nuestro móvil se quede un día averiado. En una encuesta reciente, los jóvenes españoles declaraban preferir la pérdida del sentido del olfato antes que quedarse desconectados. Preferían perder a su madre que perder su  móvil. Esto no es que me de miedo, me da pavor. Los británicos cierran sus fronteras a los inmigrantes; los húngaros están construyendo un muro. De muros también habla el nuevo presidente electo de los EE.UU, Donald Trump. Un gran muro que les separe de México. Trump es el principio de lo que estamos viviendo. Francia está a un tris de caer en mano de la ultraderecha. Lo mismo Austria y Holanda. En los prósperos países nórdicos la socialdemocracia no es más que un recuerdo. El mundo camina hacia senderos oscuros que en el pasado han terminado con millones de muertos.

En España la cosa no va mejor. El PSOE permite gobernar al PP. El PP sigue con sus políticas de recortes de la sociedad del bienestar, se incrementa la brecha entre los más ricos, que son cada día más , y los más pobres que crecen a un ritmo endiablado. Tres millones de ciudadanos han abandonado la clase media en España para caer en la pobreza. Nuestro país lidera en toda Europa los índices de desigualdad social. Los sueldos se reducen. También son cada día más los españoles que trabajando no llegan a fin de mes. Es lo que ya se conoce como el trabajador pobre. Y la estadística de suicidios va en aumento.

Habría que ser ciego o muy tonto para no darse cuenta de que en un plazo de tiempo que no parece muy largo, no sólo España sino también muchos países de Europa, lo que conocemos como el mundo próspero, podrían reventar . En África ya ha sucedido y millones de personas atraviesan los mares en frágiles embarcaciones y se entregan a las mafias para llegar a Europa. En Oriente a la desesperación algunos le llaman terrorismo. Lo cierto es que se exporta a Europa con mucha facilidad.


Nada, por lo que se ve, resulta gratis. Tenemos a la sociedad universal cabreada mientras unos pocos se enriquecen. No soy militar ni estadista por tanto ignoro mucho sobre conflictos bélicos, estallidos sociales e incluso sobre la infinita paciencia de los ciudadanos más desesperados. Soy tan solo un periodista con el nombre manchado por demasiados compañeros, que no se mezcla con el gremio pero que habla con la gente, vive en la calle y lee o conoce de primera mano lo que está ocurriendo en parte del mundo. Y lo que a mí me toca es hacer mi trabajo, es decir, obtener información, analizarla y trasladársela a ustedes, o a usted, quizás mi único lector. Hay que prepararse para tiempos peores. Recuerde, otro mundo peor no solo es posible sino que ya ha comenzado a nacer. 

miércoles, 15 de junio de 2016

DE GATOS Y RATONES

De nuevo a las urnas. Con los mismos candidatos, los que no fueron capaces de llegar a un acuerdo. Con los mismos programas. Con las mismas expectativas. Es decir, que muy probablemente se va a repetir la historia. Tras los resultados electorales,  dos meses de verano, julio y agosto. Apuesto a que en septiembre no tenemos gobierno. En caso de ir a unas terceras elecciones la confianza política de la ciudadanía saldría muy debilitada. Si el nuevo gobierno surgiera de un compromiso in extremis sería un gobierno débil y para poco tiempo. Eso reforzaría de nuevo al PP. Y de nuevo a unas terceras elecciones en menos de un año. No, el panorama no parece muy alentador. Se necesitan programas sólidos de izquierdas  y líderes más consecuentes. Y, desde luego una renovación en la derecha española. Un país tan dividido, no puede progresar. Y necesitamos remontar este maldito saqueo constante, esta falta de futuro y de expectativas. Los ciudadanos que hace muchos años han dejado de serlo para convertirse simplemente en consumidores de los grandes medios de comunicación, que reaccionan ante la política como ante el fútbol, es decir alienados y manejados, no pueden formar la base social sólida de ningún país que pretenda un cambio social real.

Muchos se preguntan qué va a pasar el 27 de junio. De nuevo el paripé. El engaño. Lo mismo que antes del 26 de junio. Con debates electorales manipulados por los partidos políticos, unos periodistas obedientes y la Academia de Televisión, convertida en mamporrera de los intereses de unos y de los otros. Lo grave del asunto es que todavía existen periodistas que siguen los dictados de los partidos políticos que a veces identifican con sus propios intereses particulares. Estas y otras cosas tienen que cambiar. Y también aquellos que propugnan el cambio que no consiste en otra cosa que sustituir un bipartidismo corrompido por otro por corromper. No. Si los ciudadanos votamos pluripartidismo ellos deben de cumplir nuestro mandato. Esto de volver una y otra vez a las urnas hasta que los resultados electorales coincidan con los intereses de las grandes empresas que cotizan en Bolsa, de los intereses de Bruselas, de los de Pablo Iglesias, Mariano Rajoy o Pedro Sánchez, no es otra cosa que un fraude.


Yo ya he votado. No estoy dispuesto a hacerlo por segunda vez. Ni tampoco una tercera. Cuando vuelva a las urnas no quiero ver en las papeletas a quienes han entorpecido o evitado un Gobierno. Los ciudadanos nos merecemos otra cosa. Queremos saber que nuestra opinión va a ser tenida en cuenta. Que nuestros hijos pueden aspirar a un mundo diferente. Sin ellos, lleven barba o coleta. No importa el color del gato si se come a los ratones.  

miércoles, 11 de mayo de 2016

! LA QUE HAS LIADO, PABLITO ¡

El conglomerado político “Podemos” lleva la iniciativa. Ya ha conseguido absorber a Izquierda Unida borrando su pasado republicano- casi ochenta y cinco mil votantes de esta formación política parece que no van a seguir apoyándoles- y ahora pretenden poner al PSOE en el precipicio obligándoles a tomar una decisión drástica tras estas segundas y todavía no se sabe si últimas, elecciones generales. O apoyar un gobierno del PP o decidirse por Podemos. En esa disyuntiva es muy posible que los socialistas no hagan ni una cosa ni la otra, en cuyo caso, si se decide que gobierne el partido más votado, tendríamos de nuevo a Mariano Rajoy en el Gobierno.

Es curioso este cataclismo político que está originando la formación morada. Primero como reactivo, regenerando el mapa de los partidos políticos y de sus dirigentes y abriendo un proceso mediático-jurídico para limpiar el panorama político de tanta corrupción, y ahora, con la guadaña en la mano, dan un paso más, para intentar acabar con el liberalismo y los escasos restos de socialdemocracia que perviven en el PSOE, aunque para ello se ponga al país en el brete de tener que volver de nuevo a las urnas, no se sabe muy bien a qué. Sí, porque de ser cierto lo que las encuestas anuncian, de estas segundas elecciones generales, fruto del fracaso de las negociaciones políticas, no va a salir un ganador claro, ni por lo que parece, tampoco alianzas posibles, pues si bien el PP seguirá siendo el partido más votado- incomprensible pero cierto- Ciudadanos no despega y la alianza Podemos-IU se queda a muchísima distancia de la mayoría absoluta, aún a costa de hacer que el PSOE baje un poco en su representación parlamentaria.

Esta mañana le he escrito un correo a una querida y vieja militante socialista, contándole mis inquietudes y me ha respondido con estas palabras: "Me voy a París. Estoy harta de todos. Lamentablemente va a seguir gobernando el PP"

martes, 12 de abril de 2016

LA BANCA GANA Y SE RIE

La derechona está de fiesta. Rajoy contento y su gente también. El líder del PP cuenta con ventaja en las próximas elecciones generales del mes de junio. Ciudadanos tendrá que volver a sentarse con el PP y formar gobierno con ellos si los resultados de las próximas elecciones son los que las encuestas anuncian. Entre los dos podrían estar muy cerca de la mayoría absoluta, con lo que el PP volvería a gobernar cuatro años más. Mientras tanto la izquierda hecha unos zorros. Más dividida que nunca e incapaz de llegar a acuerdos. Izquierda Unida, que no aprende de ninguno de sus anteriores errores, sigue extinguiéndose a base de luchas internas. Dentro de poco todos ellos van a poder desplazarse juntos en un taxi. O a hacer sus reuniones en una cabina telefónica. Podemos, erre que erre, con el ego más subido que nunca, se ven como los únicos capaces de liderar la izquierda en España, a base de contribuir primero a la destrucción de Izquierda Unida e intentarlo ahora con el PSOE. Sus dirigentes se proclaman los más listos y actúan como si lo fueran. Están a un tris de caer en el ridículo nacional. Mientras tanto sus agrupaciones, mareas o conjunciones, se disgregan. No son pocos quienes aseguran que no les volverán a dar su apoyo. Y el PSOE buscando su sitio, que posiblemente sea más cerca de la derecha que nunca. Se declaran de izquierdas pero sus actos les delatan todos los días. Y los nacionalistas a los suyo, que no es otra cosa que intentar separarse de España. 

¿Comprenden ustedes ahora porqué Rajoy no puede reprimir su alegría? Ni en sus mejores momentos de euforia hubiera supuesto que tras cuatro años de destrozar el tejido social y productivo en España, de elevar la corrupción a categoría dentro de su partido y de demostrar que su verbo es más propio de un programa de humor que de un parlamentario responsable, ahora, ve como la izquierda se despedaza cuanto ya saboreaban el poder. Y muchos ciudadanos inician el retorno a sus cuarteles de invierno, como hicieron cuando los socialistas giraron a la derecha y les dejaron huérfanos.

La abstención de la izquierda se hará de nuevo patente y la derechona ira en masa a las urnas el próximo mes de junio. Mientras tanto los programadores de televisión se frotan las manos al haber conseguido convertir la política nacional en reality show desde los platós de televisión. Allí es donde se airean los trapos sucios, se lanzan las más terribles acusaciones, mientras la audiencia aumenta al ritmo de los ingresos de la cadena, al mismo ritmo que  disminuyen los votantes en las urnas.

Sigan atentos a la pantalla y no se pierdan estos programas en donde los periodistas parecen payasos, los políticos palmeros del presentador de turno, que dirige con mano firme los intereses de su cadena.  Ellos se lo dirán todo. A quienes tienen que votar, lo que tienen que decir, y quien va a ganar las próximas elecciones. Ustedes no, desde luego. 

miércoles, 24 de febrero de 2016

LAS TRES NEGACIONES DE PABLO



Ni de izquierdas ni de derechas. El “nuevo” movimiento será de todos o no será. De todos aquellos que luchen contra la corrupción, los recortes en sanidad y educación, la pobreza energética, los desahucios y los políticos profesionales constituidos en “casta”, en una nueva clase dominante. Y en esa noble causa no se rechazaba a nadie. Es decir, la ideología quedaba en el trastero pues Podemos se presentaba como el aire nuevo que este país necesitaba. Si porque, según decía el apóstol de este nuevo movimiento, el politólogo Pablo Iglesias, de lo que se trata es de derribar las viejas estructuras para que en su lugar nazca una nueva forma de hacer política. 

Eso es lo que hemos entendido la mayoría de los españoles y por esa razón se juntaron cinco millones de votos. 

Si el discurso hubiese sido más político, poner el énfasis en el derecho de la autodeterminación de los pueblos de España, en su derecho a decidir por encima de la Constitución o en como ocupar las estructuras de poder, controlando los servicios de inteligencia, los medios públicos de comunicación, el poder judicial y el poder político, les puedo asegurar a todos ustedes que el éxito electoral de Podemos en la pasadas elecciones no se habría producido. Y para afirmar esto no necesito ser politólogo, ni profesor destacado en una Universidad española, y  mucho menos uno de los líderes del movimiento Podemos. Tan solo me hace falta un poco de sentido común que creo que es lo que ahora le falta al grupo dirigente de este partido político.

No se entiende ese cambio de actitud de última hora. Ese afán de atrincherarse en la vieja forma de concebir la  izquierda, de perseverar en la necesidad de ocupar sillones en el gobierno, de defender los nacionalismos a ultranza. No se entienden estas tres negaciones de Pablo. Unos dicen que se trata de estrategia política, ya que él es una persona muy lista y sabe muy bien lo que hace. Otros le acusan de egocentrismo y prepotencia. Incluso existen también analistas que le ven más sibilino de lo común y aseguran que en el fondo todo lo que estamos presenciando estos días  no es más que una representación y que Pablo Iglesias y Pedro Sánchez ya hace muchos días que han llegado a un acuerdo y que se han repartido el poder a su antojo. 

Yo, como podrán leer en mis anteriores escritos, creo simplemente que no nos merecen. “Todos, al suelo que han llegado los nuestros” o “Que gane el peor” ya anticipaba lo que presumiblemente vamos a ver y a vivir. Unas nuevas elecciones con un electorado de izquierdas cansado y desilusionado y un electorado de derechas que intentará de nuevo llegar al poder para manejarlo a su antojo. En ese caso se cumpliría la peor de las profecías que no es otra que la llegada de la peor de todas las opciones, de nuevo, al gobierno.  ¿A quién creen ustedes que se lo tendríamos que agradecer?

miércoles, 3 de febrero de 2016

! QUE GANE EL PEOR !

Al menos eso parece que puede ocurrir si los pactos no prosperan. Ciudadanos, dice que se trata de un momento histórico y apuesta por la Gran Coalición, es decir: PP, PSOE y ellos mismos. Y asegura que nunca jamás- si eso es válido en la boca de algún político- apoyará un  gobierno en el que se encuentre Podemos.

Podemos, a su vez,, dice lo mismo de Ciudadanos: que de pactar con ellos, nada de nada. Y en medio de esta melé, el PSOE, o mejor sería decir Pedro Sánchez, intenta convencer a unos y a otros, a Ciudadanos y a Podemos, de que le apoyen, o al menos alguno de ellos se abstenga, en su investidura como presidente del Gobierno. Mientras tanto, el PP, agazapado, espera su momento, que no es otro que el del fracaso de los intentos del PSOE, para ofrecerse como el gobierno de “salvación nacional”.

¿Y qué decir de los nacionalistas? A la espera de sentirse imprescindibles y cobrar muy caro su apoyo o su abstención.

Con estas posturas encontradas, en la que lo que menos parece importar es el deseo de los ciudadanos de buscar un acuerdo que impida unas nuevas elecciones generales, a nadie se le oculta que el acuerdo es prácticamente imposible. Eso lo saben quienes participan en esta pantomima que no es otra cosa que el inicio de una cansina e interminable precampaña electoral en donde de lo que se trata es de desacreditar al contrario.

No parece importar que en esta peligrosa puesta en escena sean los llamados “partidos nuevos”, quienes de verdad paguen el pato y se vuelva al bipartidismo de siempre, ante el fiasco de que lo nuevo sabe a viejo.

De grandeza de miras, nada de nada. Pactar un programa de emergencia social, ni hablar. Cambiar de candidatos, es posible pero no probable. Ni siquiera parece que se vaya a cumplir la vieja “ley del electricista”: cuando un fusible se funde, apresúrate a cambiarlo por otro de semejantes características.
 
Con lo que nadie parece contar es con el desengaño que esto va a provocar en el electorado. Así que nos podemos ver,  a principios del verano, con una cita electoral en la que se dé una gran abstención.



En ese caso no hay más remedio que decir: ¡ que gane el peor!  

lunes, 25 de enero de 2016

“!TODOS AL SUELO, QUE LLEGAN LOS NUESTROS!”

Dicen hacerlo todo por el bien de los ciudadanos y por eso hablan y actúan en nuestro nombre. Desde el PP hasta Podemos, a todos los partidos se les llena la boca de democracia cuando se trata de hablar en una tertulia de televisión o de hacer declaraciones a la prensa. Dicen que se trata de lo nuevo frente a lo viejo y que esto último hay que enterrarlo. Sin embargo no somos pocos los que tenemos la certeza de que  no pasará mucho tiempo para que los nuevos vuelvan a defraudarnos. Un colega de prensa, cuando se celebraban elecciones y ganaban aquellos a quienes habíamos votado con tanta ilusión,  repetía esta sabía frase: “! Todos al suelo, que llegan los nuestros!”

Esa misma sensación es la que tenemos estos días cuando vemos con perplejidad como los pactos se han convertido en un reparto de sillas, sillones y hasta taburetes, en el tablero de la política nacional. Pablo Iglesias, no duda en proponerse como vicepresidente de un hipotético gobierno de coalición, mucho antes de discutir y pactar aquello por lo que le votaron millones de ciudadanos. Pedro Sánchez, está dispuesto a pactar con aquellos a quienes insultaba hace tan poco, después de haberles negado una y otra vez. El PP, con su maquinaria de corrupción echando humo, está agazapado a la espera del fracaso de los otros para investir a su candidato, Mariano Rajoy. Tan solo una rara excepción, Izquierda Unida, conserva los papeles, la serenidad, el sentido común y la decencia. Lástima que esta formación política esté lastrada por su propia composición interna, por los errores de su propia historia.

Ahora que todos se apresuran a presentar encuestas futuribles sobre los resultados de unas posibles elecciones, si el pacto resulta imposible, yo también tengo la mía. Aumentará la abstención, subirán  el Partido Popular e Izquierda Unida, bajará Podemos y Ciudadanos y se mantendrá el PSOE. Y con los nuevos resultados en la mano nos encontraremos en una situación similar pero, eso sí, un poco más hartos de nuestros políticos, de los “nuevos “y de los “viejos”.

Todo esto a quien más beneficia es a los grandes medios de comunicación audiovisuales que son, en definitiva, quienes han inventado el juego. Entretiene e indigna a los ciudadanos; perjudica a la clase política y no inquieta lo más mínimo a quienes realmente van a imponer sus reglas sin haber pasado por las urnas, que nos son otras que las instituciones europeas y los grandes organismos internacionales.


Y, mientras tanto, en Cataluña, un grupo numeroso de iluminados juegan a la independencia. 

domingo, 3 de enero de 2016

! FELÍZ 2016 !

La destrucción de la naturaleza, con lo que ello conlleva: contaminación de mares y ríos o la extinción de miles de especies que son necesarias para el equilibrio en el planeta, como las abejas y su necesaria polinización: la presencia de los productos químicos y bacteriológicos en la agricultura, envenenando nuestra alimentación y la de nuestros hijos, propagando enfermedades mortales y extendiendo los cánceres como nunca hasta ahora se había visto; la masiva industria cárnica, sobre todo del ganado vacuno o de los pollos, aumentando hasta límites insostenibles la contaminación por metano o propagando a través de los piensos manipulados o de los medicamentos innumerables enfermedades que se transmiten al ser humano; la destrucción de millones de hectáreas de zona arbolada en todo el mundo, los males que acarrea la mal llamada globalización, que en esencia no son otros que los que ocasionan las obligadas migraciones masivas de personas con la desestructuración familiar y social que están causando originando la perdida de nuestras culturas periféricas. O la tendencia a que en pocos años  la población mundial se concentre en las grandes ciudades con unos niveles de contaminación ambientales que provocarán millones de muertes prematuras. Esos con los grandes problemas a los que nos enfrentamos como especie debido a la miopía y al ansia de enriquecimiento  rápido de unos pocos a costa de la destrucción del ser humano y del planeta.  

A estos problemas es a los que urge enfrentarse. Y, la verdad, es que no se ve la menor intención de hacerlo por parte de los políticos o del poder económico. La pasada cumbre mundial del clima ha sido un fiasco pero aún cuando todos los líderes mundiales se hubieran puesto de acuerdo para frenar el desastre ecológico y medio ambiental , de nada hubiera servido, habida cuenta de que ya gran parte de los ciudadanos somos conscientes de que se trata nada más que de una puesta en escena frente al público planetario, puesto que no existe el menor interés en cambiar el modelo económico mundial y mucho menos la energía o la capacidad de hacerlo por parte de los mandatarios mundiales.

Por lo tanto seguimos caminando hacia la catástrofe. No lo digo yo, ojalá se tratara de la visión de un pesimista, lo dicen las autoridades mundiales en la materia que se cansan de repetirlo una y otra vez desde hace al menos dos décadas.

Por lo tanto Feliz 2016 para todos los hombres y mujeres de buena voluntad que quieran seguir luchando por su planeta, por su vida y la de los suyos.

Advertencia.- Cuidado, no entretenerse con cuentos chinos, como los que inundan los medios de comunicación. Que si los partidos políticos no llegan a un acuerdo o que hay que repetir elecciones en unos meses. Menudencias