jueves, 7 de junio de 2018

OTRA FORMA DE CONCEBIR LA POLÍTICA


Por si no le conocen todavía, Iván Redondo es un joven analista vasco, curtido en los Estados Unidos, al que le encantan las series de televisión como The WarRoom,  House of Cards, El ala Oeste de la Casa Blanca o Juegos de Tronos,  que ve la política a través del prisma de la imagen  de los medios de comunicación y que asesora a políticos de uno u otro signo que intentan llegar al poder. Este consultor y analista político se distancia de las ideologías para conseguir sus objetivos. Lo que más preocupa a este analista y experto electoral en como conectar con el votante, con ese a veces escaso porcentaje de votos capaz de determinar que unos u otros lleguen a ocupar la Moncloa.

Confiesa Iván Redondo  que le hubiera gustado ayudar a Felipe González en 1982 pero entonces él tenía tan solo un año de edad y por aquel entonces  Felipe ya contaba con su propio asesor de imagen que no era otro que Julio Feo, el hombre que creaba frases, o daba titulares en cada uno de los mítines o reuniones en las que Felipe González se presentaba como el adalid de la modernidad frente a candidatos que representaban el pasado como Landelino Lavilla, Santiago Carrillo o Manuel Fraga. 

Decía entonces su alter ego, Alfonso Guerra, refiriéndose a los oponentes de Felipe, que “el tiempo les había alcanzado”, y ya se sabe, cuando el tiempo te alcanza ya puedes recoger los bártulos e ir a predicar a otro lado. Felipe González ganó aquellas elecciones porque era su momento y el tiempo en política lo es todo. Un político de  hecho es un producto con caducidad, todos ellos están condenados, aunque muchos parecen ignorarlo, a un final casi siempre triste y lamentable. 

Para auparles, para ayudarles en la escalada al poder, están siempre hombres como Julio Feo, José Luís Sanchís, Pedro Arriola o Iván Redondo. Cuando sus productos políticos se hacen invendibles, los  analistas que han cobrado muchos miles de euros por acompañar y asesorar al candidato, o bien desaparecen o se cambian de bando para ayudar al contrario, que es el que en ese momento está en ascenso.  

A pesar de su juventud, Iván Redondo, ya ha realizado el viaje de vuelta. De asesor del PP en Extremadura o en Cataluña, o del PNV en el País Vasco, a valedor de la moción de censura de Pedro Sánchez o de la formación de su nuevo Gobierno. Es el triunfo de la nuevo sobre lo viejo, piensa Iván sonriendo mientras el viejo Arriola repliega velas. Iván gusta de repetir que lo importante es la transversalidad. De ahí que Grande Marlasca ocupe la cartera de Interior o que un astronauta como Pedro Duque se encargue de la Ciencia y Tecnología. Cosas de Iván y de la mercadotecnia. Pero lo mismo que ha hecho esto no ha dudado en contar con sus compañeros de tertulia televisiva para incorporarlos a importantes puestos de la política como al joven Máxim Huerta, como ministro de Cultura o a Pedro Baños como Director de la Seguridad Nacional. 

Se trata de un gobierno mediático que ha conseguido arrancar del poder al Partido Popular y dejar perplejos a Ciudadanos y a Podemos. Y es que como dice Iván Redondo, una cosa es construir un relato político y otra bien diferente ejercer el poder. 

A partir de ahora prometo no perderme ninguna tertulia de Ana Rosa Quintana o de Susana Griso para poder saber por dónde soplan los vientos.