¡Si Carlos Marx levantara la cabeza, seguro que volvería aterrado a su tumba! Ni imaginar pudiera que desde dentro del gran capital surgieran voces criticando a los políticos europeos por no gravar sus fortunas con mayores impuestos.
Este movimiento ha comenzado en Francia y continúa en Alemania, curiosamente los dos países de la Unión Europea que comandan los fuertes ajustes contra la ciudadanía trabajadora europea dejando que las grandes fortunas se vayan de rositas con un gravamen ridículo. A esto han contribuido no solamente los gobiernos conservadores sino también los llamados socialistas o socialdemócratas, que en esto del vasallaje no hay ideología que valga.
Sí, porque más o menos, esto es lo que han dicho los millonarios europeos: que quieren mantener una “riqueza sostenible”- sabido es que la pobreza resulta insostenible- y también han advertido que los políticos no están a la altura de las circunstancias pues aseguran que con que tan solo les hubieran gravado sus fortunas un par de puntos la crisis no tendría razón de ser ni tampoco la tragedia económica en la que determinados gobiernos han sumido a gran parte de la ciudadanía de sus países por el hecho de no querer o no poder pedirles a quienes tienen el dinero que arrimaran un poco el hombro para sacar el país adelante.
Mira que cebarse en los jubilados cuando los millonarios europeos podrían haber afrontado la crisis prácticamente en solitario y sin despeinarse.
Lo más llamativo de todo esto es el silencio de la clase política.
La ciudadanía se merece una respuesta. Que los presidentes de los gobiernos europeos den la cara y nos expliquen a través de la televisión porque han obrado así, porque siguen obrando así, de espaldas a la ciudanía. Por lo que se ve también de espaldas a una parte de las grandes fortunas y en muchos casos, incluso a los partidos políticos a los que pertenecen, dejando las promesas electorales y sus ideologías en al armario para salir travestidos, alegres y sonrientes.
Si tuviéramos los medios de comunicación que nos merecemos, es decir los que una democracia nos garantizaría, este sería el debate central y no el vasallaje vergonzoso que tenemos que contemplar cada día con el poder político, los partidos, el poder económico o cualquiera que se sienta capaz de controlar a los medios - que por lo que se ve hoy en día es cualquiera - sobre todo si tenemos en cuenta que aquellos que los dirigen son en su mayoría personas muy habituadas al sometimiento y no a la defensa de la información, ese derecho que nos garantiza a todos los españoles la Constitución y que brilla por su ausencia.
Con un poder político que parece haber olvidado a quien representa y unos medios de comunicación que no cumplen su función, el poder financiero campa a sus anchas. Menos mal que han salido a la palestra casi doscientos millonarios franceses y alemanes para denunciar lo que está sucediendo, para vergüenza de todos.
Por cierto, en España ni una sola voz. Ni de los políticos para dar una explicación, ni de los millonarios para solidarizarse con sus compañeros franceses o alemanes. Ellos a lo suyo, a multiplicar sus ganancias, que incluso en épocas de crisis son muy elevadas. Sino consulten los sueldos de los directivos de los bancos o de las grandes empresas. Resultan insultantes, irresponsables, insolidarios. Y más si tenemos en cuenta el reciente informe hecho público por los inspectores de Hacienda (GESTHA). Según este informe, resulta que quienes más han declarado han sido los trabajadores y los pensionistas: empresarios, directivos y profesionales liberales , con sus dineros supuestamente protegidos por sociedades y han declarado al fisco como si se trataran de mileuristas.
Un fraude fiscal masivo.
Esta noticia apenas ha visto la luz. Se conoce que los medios de comunicación no la han considerado importante, por eso se la cuento a ustedes.