viernes, 16 de diciembre de 2011

MEDIDAS NO GRATAS


Menudo año el que nos espera. El futuro presidente del Gobierno, Mariano Rajoy ya ha anunciado “medidas no gratas” y creo que todos sabemos a que se está refiriendo: menos salario, más horas de trabajo. Esto para los más afortunados. Los menos seguirán en el paro y la precariedad. 

Va bien esto de destruir el llamado Estado del Bienestar para convertirlo en el Estado del Cabreo Permanente. Claro está, el cabreo de la mayoría, que como ustedes saben les importa un cuerno a la minoría que es la que gobierna, la que manda, la que impone sacrificios, la que se ha adueñado de la democracia desde el mismo momento en el que los ciudadanos han renunciado a serlo para convertirse en meros consumidores. Consumidores de todo tipo de productos superfluos. 

Hemos intercambiado oro por espejuelos de mal cristal. El oro era nuestro bienestar, nuestros derechos sociales y laborales ganados después de más de un siglo de lucha. Hemos tirado por los suelos el esfuerzo de nuestros antepasados. Si ellos levantaran la cabeza y vieran que todo fue por tener un coche mejor o un chalet en la sierra, seguro que nos correrían a gorrazos. Ahora ese coche está viejo, el chalet no vale ni la mitad del precio por el que se compraron y ni el coche ni el chalet ha podido impedir que su hijo esté en el paro o subempleado por una miseria o que en su casa no entre el dinero suficiente para llegar a fin de mes. 

Les han engañado como a chinos. Y con ellos nos comparan, con los chinos del trabajo esclavo, los que trabajan por un dólar al día, de sol a sombra. Los otros, casi treinta millones de chinos ricos y opulentos, que hacen sus fortunas sobre el sudor de ochocientos millones de trabajadores esclavos, esos son los que se parecen a esa minoría europea que se enriquece cada día más y más a costa en empobrecer a la clase media a la que están dinamitando.

Decía mi buen amigo Ramón Fernández Durán, que la Europa de las libertades se había convertido en una herramienta más del neoliberalismo; que la socialdemocracia se había puesto al servicio de los mercados, con la complicidad de los poderes económicos y de los grandes medios de comunicación y que ahora nos tocaba ver la guerra entre pobres. Las peleas por un trabajo al precio que sea. La lucha contra los inmigrantes por el puesto que antes no quisimos. La pugna entre los que menos tienen por conservar al precio que sea un puñado de euros para sobrevivir. No la lucha contra los culpables de la crisis que hoy aparecen como salvadores imponiendo medidas que más parecen una declaración de guerra que otra cosa. Como si no se puede entender que se desposea de los servicios más elementales a las mujeres maltratadas; que se cierren las narcosalas dejando en la cuneta a cientos de drogodependientes; que se expulse de los centros de ayuda a personas que no pueden valerse por sí mismas. 

Ramón Fernández Durán tenía razón al decir que se había puesto en marcha la maquinaria más feroz del capitalismo salvaje dispuesta a aplastar no solo los derechos sociales y laborales de millones de trabajadores en todo el mundo sino que sobre todo lo que se pretendía era someter a la pobreza a más de media humanidad. La otra media, como ustedes saben se encuentra en la miseria. 

¿Qué mundo nos espera en los próximos años? En mi opinión un mundo peor, si no lo impedimos. 

Si hacemos caso a los indicadores sociales que se han hecho públicos vemos como en los Estados Unidos uno de cada dos ciudadanos ya está en la pobreza. En Europa nos acercamos a esta cifra. 

Ese es el problema de los modelos, ya sea el chino o el norteamericano. Los  modelos que los depredadores han preparado para todos nosotros. Ya se habla de mini trabajos, por cuatrocientos euros al mes con la seguridad social a cargo de los trabajadores. De reducir la función pública a la mínima expresión. De privatizar desde al agua al aire que respiramos. En eso están. Le llaman "medidas no gratas" pero en realidad tienen otro nombre. Once millones de personas han podido equivocarse.  

         

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