viernes, 25 de mayo de 2012

EL SHOCK DEL EURO


Europa está dejando de existir como entidad económica y política. Parece que va a morir de éxito fruto del espejismo en el que ha vivido durante varias décadas. Las Naciones y los Estados, ambos con muy poca vida, apenas sesenta años, han demostrado ya su inoperancia para enfrentarse a los organismos internacionales en manos de las grandes organizaciones financieras y el gran logro de la moneda única desaparecerá en poco tiempo obligando a la vuelta a las monedas nacionales con el consiguiente empobrecimiento de todos los europeos que perderán más de un cuarenta por ciento de sus ahorros de la noche a la mañana. A eso le llaman ya “el shock del euro”. 

Con un endeudamiento público y privado que roza el billón de euros, con unos intereses anuales de 35.000 millones de euros, España no puede mantenerse por más que se empeñen en recortarnos hasta el aliento. Eso lo saben los causantes de la crisis económica y del gran capital que están resituando sus dineros en bancos extranjeros, hecho este que a su vez acrecienta más la inestabilidad económica de la economía en España.

Inmanuel Wallerstein, sociólogo y principal analista mundial del sistema mundo, cree lo que se está produciendo en este principio de siglo es un cambio sistémico de grandes proporciones, una lucha encarnizada entre el capital y el trabajo tal y como nosotros todavía lo concebimos, del que difícilmente se va a poder salir sin un gran confrontación global, es decir lo que antes llamábamos guerra mundial y que hoy todavía no tiene nombre. Dirán ustedes que se trata de un análisis catastrofista pero yo les recomiendo que se informen adecuadamente, es decir, que abandonen su periódico habitual, los noticiarios de las radios o las televisiones nacionales y consulten a través de internet cual es la opinión de los más prestigiosos analistas mundiales o de las prensa económica más cualificada. 

¿De qué sirve entonces el circo de la Unión Europea con sus recomendaciones de austeridad o de crecimiento? ¿Que fiabilidad le podemos dar a nuestros políticos o a nuestros medios de comunicación? Ninguno. Cero. 

Ya nadie se fía de nadie. El Banco de España dice desconocer las cifras reales de los activos tóxicos bancarios. Las cuentas de las Comunidades Autónomas son un enigma para los políticos que las gobiernan, cada día se cambian y aparecen nuevas sorpresas. La propia presidenta de la Comunidad de Madrid dice que ella, al igual que Sócrates, "solo sabe que no sabe nada". La debacle financiera se acrecienta cada día. Bankia, ayer  había que ayudarle con los dineros del Estado, unos cuatro mil millones; a la semana siguiente ya son siete mil millones: diez días más tarde  quince mil millones y hoy, el periódico “El País” estima que la cifra podría ser de veinte mil millones. Para poder pagar se recortará todavía más en sueldos , educación o sanidad cuando ya tenemos en España cerca de dos millones de familias en las que ninguno de sus miembros trabaja, o un índice de pobreza entre la población hasta ahora nunca visto. 

Nuestros políticos nos han engañado durante años y hoy no saben estar a la altura de las circunstancias dándonos un ejemplo de corrupción sin límites. Las más altas instancias de la magistratura, en manos de los partidos políticos, dan un ejemplo nefasto con sus dispendios y prebendas. El Rey y su familia no salen mejor parados. Algo huele a podrido en España. Lo grave es que millones de españoles y españolas afectados por todo lo que está sucediendo padecen la ceguera de la que nos hablaba nuestro premio Nobel, José Saramago y manifiestan escasa preocupación por la corrupción o por la salud democrática de su propio país. ¿A ver si Wallerstein va a tener razón?.

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