martes, 30 de agosto de 2011

PACTOS CON EL DIABLO


El programa marcado por el poder financiero e impuesto en Europa por Alemania y Francia se está cumpliendo al pie de la letra.

 El primer paso ha sido el demostrar quién manda aquí y dejar bien claro que el poder político es subsidiario del poder de las grandes empresas multinacionales que operan a sus anchas en el mundo. Ellos, que no han sido elegidos democráticamente, cuentan con la inestimable colaboración de los representantes electos por los ciudadanos europeos. La “democracia traicionada”, que diría José Saramago. 

A la hora de votar hay que pensar seriamente a quien se vota si a aquellos que dicen representarnos para enseguida ponerse a las ordenes de quienes realmente detentan el poder que no es otro, hasta ahora, que el capital financiero, o si por el contrario no sería más sencillo votar directamente a las multinacionales y a la gran banca mundial.  

El primer paso ha sido la demostración de poder tras la debacle económica mundial para acto seguido profundizar en su “victoria” eliminando el llamado "Estado del Bienestar" en toda Europa, condenando a las clases trabajadoras a enormes sacrificios no compartidos por el gran capital. 

El mundo al revés. Los causantes del desastre se ponen al frente de la manifestación y convierten a la clase política y a los ciudadanos en simples vasallos. Se han retrocedido trescientos años en tan solo un decenio. ¿Quién iba a imaginar que tras un siglo de lucha social iba a resultar tan fácil someter a millones de personas. El secreto está a la vista de todos. Ha sido algo así como el pacto de Fausto: los ciudadanos aceptaron gustosamente convertirse en consumidores a cambio de renunciar a toda defensa de los derechos sociales. Intercambiaron sus vidas por casas, coches, ropas y bienestar que hoy les ha sido arrebatado.

Y España es un buen ejemplo de ello. En eso ha consistido para muchos el espejismo económico de los últimos veinte años desde que el ministro socialista Carlos Solchaga pronunciara aquella frase: “este es un buen país para enriquecerse”, dando buen ejemplo de ello con la llamada “beautifull people”. 

Ahora toca pagar el pacto con Satanás. 

Primero nos exigieron la contención de los sueldos de todos los pensionistas, es decir el eslabón más débil, al tiempo que el gran capital festejaba opíparamente la gran crisis; también la rebaja del sueldo del sector público y del sector privado, elevando el índice del paro a cifran astronómicas, por encima del 20%. Poco después se exigió el harakiri a las Cajas de Ahorros y ahora, cumpliendo exactamente el programa anunciado, van a por el Estado Autonómico limitando su poder financiero, un primer paso para someterlo al poder económico financiero y dinamitarlo. 

La oposición es tímida y escasa. Los dos grandes partidos pactan reformar la constitución y es precisamente aquel que prometía un Estado Federal el encargo dinamitar el Estado Autonómico. 

Zapatero será recordado por muchos como el político pragmático que hizo el pacto con el diablo.

1 comentario:

  1. Zapatero no sabe qué pacta ni con quién. Los decretazos y la ley d'hondt, hacen que me pregunte: para qué entrar en un juego en el que mi voto vale menos que uno de PSOE o PP, para qué entrar en un juego en el que las reglas se cambian sin consultar a los jugadores. Siento náuseas.

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