viernes, 19 de agosto de 2011

¿POLICÍAS O MATONES?


Jóvenes con gafas de sol para que no se les reconozca, con los brazos cruzados o en jarras para mostrarnos mejor el notable desarrollo de sus bíceps cultivados en gimnasios, un grupo de matones si no fuera porque van enfundados en uniformes de la Policía Nacional, toda una fuerza de choque que demuestra sus “habilidades” y su depurado lenguaje (“te voy a moler a hostias” etc.) no con los delincuentes ni con los terroristas sino con adolescentes o jóvenes que se manifiestan ejerciendo su derecho en democracia para protestar contra la corrupción, la falta de trabajo o el excesivo gasto que muestra el gobierno con la visita del Papa a Madrid. 

Funcionarios a los que los ciudadanos les pagamos su salario no para que aporreen a nuestros hijos con saña sino para que defiendan el orden democrático y las libertades individuales. La porra, el lenguaje soez, los actos provocativos, esas miradas desafiantes más propias de delincuentes que de defensores del orden, no las deseamos para nuestra policía 

He podido observar como estas actitudes se dan sobre todo dentro de los cuerpos de choque, llamados popularmente “los antidisturbios”. Por tanto no se trata de que por la acción de unos pocos se oculte la buena labor de muchos pero si estas actitudes de una minoría de funcionarios de la policía encuentran comprensión e impunidad entre sus jefes caminaremos hacia un cuerpo especializado de matones en lugar de hacia un cuerpo democrático de la Policía Nacional.

Hay que retirar de las calles a todos aquellos que no están preparados para mantener el orden, a los que con su actitud provocan mayores desordenes y fomentan el odio en los jóvenes apaleados ante un colectivo que debería de proporcionar seguridad a todos los ciudadanos.

Estos dos videos son una muestra de lo que estamos diciendo.

En el primero de ellos se puede ver como un grupo de policías elige aleatoriamente a sus “víctimas”, generalmente mujeres o jóvenes pacíficos que aguantan estoicamente sus golpes. En la secuencia completa se puede apreciar con claridad como un agente golpea a una joven en la cara sin previo aviso sin que ninguno de sus compañeros corrija esta actitud sino que muy al contrario la secundan. En el segundo video una periodista es amenazada, todo un ejemplo del manual del mal policía.

 Desde los foros sociales se respira indignación. Acciones como estas no hacen más que tensar los ánimos, provocar nuevas manifestaciones de protesta y poner en marcha la espiral de violencia que nadie desea. 

La cuestión hoy es preguntarse: ¿quién protege a estos energúmenos?

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