Ha
tenido que ser un ser recién llegado a la edad adulta, con cara y cuerpo de
niño, quien agite la campana pública a través de los grandes medios de
comunicación para que el mayor de los mortales se entere que en al menos los
últimos cinco años, es decir en plena crisis económica, ese ser con cara de
ángel y corazón de demonio servía los intereses personales de políticos y
empresarios al tiempo que obtenía lugares de privilegio entre los más
poderosos. Se le conoce como "el pequeño Nicolás" y hoy tiene en vilo
a unos cuantos personajes de la vida pública que no desean que salgan a la luz
determinadas acciones que perpetraron y que , por lo visto y oído, podrían ir
desde el tráfico de influencias, al cobro de posibles comisiones o las
relaciones personales más allá de sus propios méritos, servidas en bandeja por
"el pequeño Nicolás" quien podría - de ser cierto lo que él mismo
dice- haber grabado sonidos e imágenes que probarían lo irregular de estas
conductas, sobre todo si nos referimos al actual Secretario de Estado de
Comercio.
Todo
esto - al más puro estilo italiano - nos recuerda las andanzas de
Berlusconi cuando convirtió su gobierno en un estercolero en el que no faltaron
la corrupción, el trato con menores y la prostitución como servicio a cargo del
dinero público. Aquí, más de lo mismo. Viajes a paraísos caribeños, en
mansiones más propias de un jeque árabe que de un cargo público dependiente del
Ministerio de Economía, con un trasiego de mensajes telefónicos que dicen muy
poco de quienes los emiten y quienes los reciben.
Es
cierto que "el pequeño Nicolás" no es el primero que acude a una
televisión privada para decir ante quien le quiera ver y escuchar que tiene
miedo, que su vida puede correr peligro y que tiene cintas fuera de España para
probar lo que dice. Antes que él, tuvimos el privilegio de asistir al culebrón
de Bárbara Rey, "Marita" para sus íntimos, quien en un programa en
directo aseguro tener en su mano pruebas grabadas de su relación con alguien
cuya identidad estaba contenida en el propio apellido de la actriz-corista. No
pudimos verlas nunca pues según ella misma confesó agentes del servicio de
inteligencia nacional- Cesid- habían entrado en su casa, reventado su caja
fuerte y sustraído las famosas cintas en las que el amante decía a la amada la
noche anterior al intento de golpe de estado del 23 F que al día siguiente no
se le ocurriera salir a la calle pues iban a acontecer sucesos muy graves en
Madrid. Estas cintas, por lo visto, fueron grabadas desde el fondo de un
armario por una persona cercana a la actriz con una cámara de video mientras la
pareja realizaba sus ejercicios gimnásticos preferidos.
Estas
y otras lindezas por el estilo nunca pudieron probarse pero han estado en boca
de muchos, años atrás. Hoy, de nuevo- esta vez "el pequeño Nicolás"-
invocan sexo, mentiras y cintas de video que es muy posible que se queden en
eso una vez que nuestro personaje haya conseguido sus propósitos que no
parecen otros que obtener gran popularidad, un buen pellizco de dinero de la
prensa y las televisiones, más obsesionadas en conseguir audiencia que en
perseguir la verdad, y garantice con su silencio la tranquilidad de algunos
personajes públicos españoles.
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