viernes, 12 de diciembre de 2014

EL PEQUEÑO NICOLÁS


Ha tenido que ser un ser recién llegado a la edad adulta, con cara y cuerpo de niño, quien agite la campana pública a través de los grandes medios de comunicación para que el mayor de los mortales se entere que en al menos los últimos cinco años, es decir en plena crisis económica, ese ser con cara de ángel y corazón de demonio servía  los intereses personales de políticos y empresarios al tiempo que obtenía lugares de privilegio entre los más poderosos. Se le conoce como "el pequeño Nicolás" y hoy tiene en vilo a unos cuantos personajes de la vida pública que no desean que salgan a la luz determinadas acciones que perpetraron y que , por lo visto y oído, podrían ir desde el tráfico de influencias, al cobro de posibles comisiones o las relaciones personales más allá de sus propios méritos, servidas en bandeja por "el pequeño Nicolás" quien podría - de ser cierto lo que él mismo dice- haber grabado sonidos e imágenes que probarían lo irregular de estas conductas, sobre todo si nos referimos al actual Secretario de Estado de Comercio. 

Todo esto - al más puro estilo italiano - nos recuerda las andanzas de Berlusconi cuando convirtió su gobierno en un estercolero en el que no faltaron la corrupción, el trato con menores y la prostitución como servicio a cargo del dinero público. Aquí, más de lo mismo. Viajes a paraísos caribeños, en mansiones más propias de un jeque árabe que de un cargo público dependiente del Ministerio de Economía, con un trasiego de mensajes telefónicos que dicen muy poco de quienes los emiten y quienes los reciben. 

Es cierto que "el pequeño Nicolás" no es el primero que acude a una televisión privada para decir ante quien le quiera ver y escuchar que tiene miedo, que su vida puede correr peligro y que tiene cintas fuera de España para probar lo que dice. Antes que él, tuvimos el privilegio de asistir al culebrón de Bárbara Rey, "Marita" para sus íntimos, quien en un programa en directo aseguro tener en su mano pruebas grabadas de su relación con alguien cuya identidad estaba contenida en el propio apellido de la actriz-corista. No pudimos verlas nunca pues según ella misma confesó agentes del servicio de inteligencia nacional- Cesid- habían entrado en su casa, reventado su caja fuerte y sustraído las famosas cintas en las que el amante decía a la amada la noche anterior al intento de golpe de estado del 23 F que al día siguiente no se le ocurriera salir a la calle pues iban a acontecer sucesos muy graves en Madrid. Estas cintas, por lo visto, fueron grabadas desde el fondo de un armario por una persona cercana a la actriz con una cámara de video mientras la pareja realizaba sus ejercicios gimnásticos preferidos.

Estas y otras lindezas por el estilo nunca pudieron probarse pero han estado en boca de muchos, años atrás. Hoy, de nuevo- esta vez "el pequeño Nicolás"- invocan sexo, mentiras y cintas de video que es muy posible que se queden en eso una vez que nuestro personaje haya conseguido sus propósitos que no parecen otros que obtener gran popularidad, un buen pellizco de dinero de la prensa y las televisiones, más obsesionadas en conseguir audiencia que en perseguir la verdad, y garantice con su silencio la tranquilidad de algunos personajes públicos españoles.




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