lunes, 26 de enero de 2015

NO SOMOS GRECIA



PIGS son las siglas de los siguientes países: Portugal, Italia, Grecia y España. Y también una palabra inglesa de extendido significado en el mundo. Cerdos. Primero nos llamaron PIGS, es decir nos señalaron y nos pusieron en la diana de los mercados financieros. Y más tarde vinieron a por nosotros. Primero cayó Grecia y todos la negaron. "Nosotros no somos Grecia", decía el entonces presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero. "Nosotros no somos Grecia", repetía su ministra de Economía, Elena Salgado. 

 Nosotros no somos Grecia. No somos Irlanda. No somos Italia. No somos Portugal, repetíamos cada vez que uno de los paises vecinos caía en las garras de los mercados financieros internacionales y de sus voceros los organismos internacionales. Y así, mientras nos separábamos de los países afines que iban cayendo como piezas de dominó esperando salvarnos de la guadaña al final sucumbimos.  Entonces negamos la crisis. Y cuando finalmente el agua nos estaba llegando hasta el cuello, negamos lo uno y lo otro, es decir el agua y el cuello. Y para ello echamos mano de los cientos de eufemismos posibles. Pero todo ello no  impidió rebozarnos en el mismo lodazal que Irlanda, Grecia, Portugal o Italia. Y cuando eso ocurrió muchos nos preguntamos cómo era posible que los PIGS, es decir los cerdos, o lo que es lo mismo, los llamados países deudores, no se hubieran reunido ni una sola vez para establecer una estrategia común, para intentar razonar ante la Unión Europea, el Bundesbank, el Fondo Monetario Internacional o el Banco Central Europeo. Nada de eso. Se optó por el silencio de los corderos que iban a ser degollados. Y eso nos llevó al precipicio. Toda una lección de insolidaridad, de sálvese el más fuerte, del que debiéramos de sentirnos avergonzados. 

Nunca, en el transcurso de esto que algunos llaman crisis, en estos últimos seis años de sufrimiento, ni uno solo de los PIGS (Cerdos) osó rebelarse contra quienes les estaban imponiendo medidas suicidas que iban a provocar tanto dolor en tanta gente. Si la justicia universal existiera, aquellos que llevaron a miles de ciudadanos a la desesperación tendrían hoy que responder ante el Tribunal Penal Internacional por sus acciones, en lugar de disfrutar de coches oficiales, grandes sueldos, guardaespaldas y sillones de cuero en las instituciones más prestigiosas de los respectivos países. Ellos son los mismos que hoy asoman a los medios de comunicación como los grandes gurús pronosticando el apocalipsis para quienes se desmarquen de los dictados de los grandes organismos europeos. 


Si hubieran leído a George Orwell sabrían que incluso entre las especies consideradas inferiores, en el mundo animal, es posible la rebelión. O cuando menos el intercambio de opiniones. En este caso la creación de una Mesa de Deudores para establecer vectores comunes y evitar que los países endeudados sufran los efectos de la devastación económica. 

Las deuda no deja de subir, y cuanto más dóciles son estos países más entrampados resultan. La progresión geométrica de los intereses ahoga las economías. Algo parecido a lo que les pasó a los países latinoamericanos con la llamada deuda externa, que finalmente fue condonada o reducida a sus términos reales para poder permitir el pago a los países deudores. O la lección no aprendida del nacimiento del nazismo por la bancarrota alemana tras la Primera Guerra Mundial con una deuda impagable impuesta por los países vencedores; o el perdón de la deuda alemana por los países acreedores en el año 1953, entre ellos Grecia. 


La reunión de los PIGS  tras seis años de sufrimientos y con medidas impuestas que provocan más y más desolación entre los trabajadores y las clases medias- hasta casi desaparecer en algunos países- es algo que pide Tsipras, el nuevo presidente griego. Sin embargo es muy posible que, haciendo honor a sus siglas PIGS, el resto de los países miren hacia otro lado negando todavía cualquier similitud entre unos y otros y repitiendo una vez más: nosotros no  somos Grecia.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario